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Ir de pinchos por San Sebastián, convierte al comensal más tímido, en un cazador. Y no hay una presa más rara en la selva turística del casco antiguo de San Sebastián, que un bar sin reformar que no hace caso ni a modas ni a la globalización. El Bar Txepetxa pertenece a esa raza casi extinta, y ha sobrevivido gracias a su particular compromiso con la especialización.
Manu empezó a encargarse del negocio familiar cuando su padre murió, y cada anchoa que pasa por esa cocina la limpia y prepara él. La receta es secreta